La capital de Asturias dispone de una buena oferta de vehículos y
servicios, cohces dotados de la última tecnologia, confort y muy
cómodos. Transportes Unidos de Asturias S.L. (TUA) es
desde 1981 la empresa prestadora del servicio público de transporte
urbano colectivo de viajeros de Oviedo, al que se dedica de forma
exclusiva. ¿Qué historía arrastra el transporte urbano en Oviedo?, no
siempre fue “TUA” quien se encargó de gestionarlo, la cosa ya viene de
muy atrás en el tiempo. Aquí esta la información referente a este tema
extraida de la fuente oficial de información de TUA y transcrita tal
cual a este blog, vamos al principio de todo.
1889 Un tranvía ¡sin raíles!. Estación del Norte-Ayuntamiento:
En 1889 José Duque y Pérez estrena un vehículo denominado “rippert”, un carruaje ligero pero con capacidad para cuarenta pasajeros. Esa línea cubrirá el trayecto entre el Ayuntamiento y la Estación de tren del modo más directo: calles Jesús, Fruela y Uría. Era un recorrido que salía cada media hora entre las ocho de la mañana y las ocho de la tarde. Todo parece indicar que su clientela no eran sólo quienes partían o venían en tren, sino que el servicio debió tener una buena aceptación entre los ovetenses que lo utilizaron para trasladarse a puntos intermedios. Así pues el primer transporte público urbano en Oviedo fue un discreto carro tirado por mulas que, de modo cansino, llevaba personas y mercancías entre los dos polos de la actividad ciudadana, comercial y de ocio de la ciudad. Apenas un mes después, Duque solicita ampliar el servicio con un nuevo coche, el “Gran Vía”, aunque sin concretar en su solicitud el recorrido a seguir. Tan sólo señala que desea circular por aquellas calles “que están permitidas a otros carruajes”. Duque pagaba a la Estación del Norte 24 pesetas al año en concepto de alquiler.
En 1889 José Duque y Pérez estrena un vehículo denominado “rippert”, un carruaje ligero pero con capacidad para cuarenta pasajeros. Esa línea cubrirá el trayecto entre el Ayuntamiento y la Estación de tren del modo más directo: calles Jesús, Fruela y Uría. Era un recorrido que salía cada media hora entre las ocho de la mañana y las ocho de la tarde. Todo parece indicar que su clientela no eran sólo quienes partían o venían en tren, sino que el servicio debió tener una buena aceptación entre los ovetenses que lo utilizaron para trasladarse a puntos intermedios. Así pues el primer transporte público urbano en Oviedo fue un discreto carro tirado por mulas que, de modo cansino, llevaba personas y mercancías entre los dos polos de la actividad ciudadana, comercial y de ocio de la ciudad. Apenas un mes después, Duque solicita ampliar el servicio con un nuevo coche, el “Gran Vía”, aunque sin concretar en su solicitud el recorrido a seguir. Tan sólo señala que desea circular por aquellas calles “que están permitidas a otros carruajes”. Duque pagaba a la Estación del Norte 24 pesetas al año en concepto de alquiler.
1891 Las primeras vías y el tranvía de mulas:
“Los primeros vehículos que recorrieron las calles de la capital tirados por mulas eran algo supermoderno, que causaron real admiración en los ovetenses” escribe De Luis (Sesenta años de los tranvías en Oviedo. La Nueva España, 15-VIII-1982). Eran unos coches fabricados por la firma inglesa The Falcon Engine, con plataformas abiertas en los extremos, con cinco ventanillas a cada lado y en el interior unos bancos a todo lo largo con pasillo interior; o sea, unas doce o catorce personas sentadas y otras tantas de pie. Tenían cuatro ruedas y ejes muy juntos para poder dar bien los giros en calles tan estrechas como las del casco antiguo. La llegada del tranvía a mulas no parece que resultara tan atractiva para el ciudadano ni tan rentable para los promotores como se había previsto. Durante un tiempo Duque mantiene su servicio en competencia con el tranvía, mientras que en 1895 la Compañía de Tranvías había sido absorbida por la Compañía de Ferrocarriles Económicos de Asturias. Los análisis de la época indican ya la necesidad de modificar el tiro animal e incorporar la energía eléctrica como sustituto más rentable y con más proyección de futuro.
“Los primeros vehículos que recorrieron las calles de la capital tirados por mulas eran algo supermoderno, que causaron real admiración en los ovetenses” escribe De Luis (Sesenta años de los tranvías en Oviedo. La Nueva España, 15-VIII-1982). Eran unos coches fabricados por la firma inglesa The Falcon Engine, con plataformas abiertas en los extremos, con cinco ventanillas a cada lado y en el interior unos bancos a todo lo largo con pasillo interior; o sea, unas doce o catorce personas sentadas y otras tantas de pie. Tenían cuatro ruedas y ejes muy juntos para poder dar bien los giros en calles tan estrechas como las del casco antiguo. La llegada del tranvía a mulas no parece que resultara tan atractiva para el ciudadano ni tan rentable para los promotores como se había previsto. Durante un tiempo Duque mantiene su servicio en competencia con el tranvía, mientras que en 1895 la Compañía de Tranvías había sido absorbida por la Compañía de Ferrocarriles Económicos de Asturias. Los análisis de la época indican ya la necesidad de modificar el tiro animal e incorporar la energía eléctrica como sustituto más rentable y con más proyección de futuro.
1915 Fin del tranvía de mulas:
El historiador Carlos María de Luis hace notar a este respecto que “aquel cansino y maloliente servicio de transportes había dejado de funcionar en 1915. Oviedo pues, se había quedado sin transportes urbanos”.
El historiador Carlos María de Luis hace notar a este respecto que “aquel cansino y maloliente servicio de transportes había dejado de funcionar en 1915. Oviedo pues, se había quedado sin transportes urbanos”.
Una fecha para la historia. 30 de abril de 1922:
El domingo 30 de abril, los ovetenses se aprestaron a celebrar con toda la importancia que el ceremonial podía dar al acto, el acontecimiento de la inauguración del tranvía. Los coches pintados de rojo circulaban por tres de las cinco vías previstas. Los coches lucían en el cristal delantero un rectángulo de color diferente según la línea sobre el que estaba pintado en blanco el número correspondiente.
Cubrían los trayectos Ayuntamiento-Lugones (línea 1, cartel de fondo rojo), Buenavista-Colloto (línea 2, cartel de fondo verde) y San Lázaro-La Argañosa (línea 3, cartel de color azul). Para cubrir estas líneas la compañía dispuso de 18 coches y una docena de jardineras. Los coches pertenecían a tres tipos, aunque eran muy similares. Iban numerados del 1 al 18.
El domingo 30 de abril, los ovetenses se aprestaron a celebrar con toda la importancia que el ceremonial podía dar al acto, el acontecimiento de la inauguración del tranvía. Los coches pintados de rojo circulaban por tres de las cinco vías previstas. Los coches lucían en el cristal delantero un rectángulo de color diferente según la línea sobre el que estaba pintado en blanco el número correspondiente.
Cubrían los trayectos Ayuntamiento-Lugones (línea 1, cartel de fondo rojo), Buenavista-Colloto (línea 2, cartel de fondo verde) y San Lázaro-La Argañosa (línea 3, cartel de color azul). Para cubrir estas líneas la compañía dispuso de 18 coches y una docena de jardineras. Los coches pertenecían a tres tipos, aunque eran muy similares. Iban numerados del 1 al 18.
1934-1956. Supervivencia y decadencia del tranvía:
Lo
cierto es que el tranvía, tras los primeros años de cierto equilibrio
tanto en gastos como en número de usuarios, fue inexorablemente
caminando hacia su propia desaparición. Falta de inversiones, falta de
rentabilidad, falta de competitividad o falta de respaldo social, la
realidad es que hacia 1930 los tranvías malvivían en Oviedo. El trayecto
entre Colloto y Buenavista llegaba a durar una hora y la prensa de la
época está cuajada de noticias relativas a descarrilamientos, averías y
atascos en las calles a causa de los tranvías. A partir de 1954, se vio
que los tranvías tal y como estaban ya habían dado todo cuanto se les
podía pedir y que era necesaria la renovación. La rescisión de la
concesión costó al Ayuntamiento tres millones de pesetas. Se suscitó
entonces una polémica en Oviedo para dilucidar qué sistema de transporte
urbano debería de adoptarse, siendo dos las opciones mayoritariamente
consideradas: trolebús o autobús. En 1955 el Ayuntamiento de Oviedo se pronuncia a favor del autobús
considerando que “hubiera sido costosísimo y poco remunerativo crear
nuevas instalaciones para el tranvía”. También se rechazaba el trolebús
porque supondría un gasto fijo en infraestructura y la producción
nacional de vehículos no garantizaba el suministro necesario. El
Ayuntamiento acordó también otorgar la concesión del servicio a la
empresa Traval, que había sido constituida un año antes en Madrid por
Luis Fernández de Travanco Ortega. El 28 de febrero de 1956 llegaron a Oviedo los dos primeros autobuses
que iban a comenzar la sustitución del tranvía, dos Pegasos que hacían
el servicio en la línea Colloto-Cruce de las Caldas y a los que el humor
carbayón bautizó con el nombre de sidrobuses , por su popular
utilización para ir a tomar sidra a Colloto. El 29 de febrero se
realizaron algunos viajes de prueba, el 1 de marzo de 1956 se inauguró
la primera línea de autobús urbano. Poco a poco se fueron cerrando las
líneas de tranvía: primero la de San Lázaro, después la de Lugones y
finalmente la de Colloto. El 2 de septiembre de 1956 circuló el último
tranvía en Oviedo.
1956-2006. El autobús cumple 50 años:
Lograda la concesión del servicio de transporte urbano de Oviedo y dando cumplimiento al pliego de condiciones, la empresa Traval pone en marcha la Línea 1 Colloto-Trubia, que se descompone en dos trayectos: Colloto-Plaza de Toros y Plaza del Generalísimo-Trubia. La Línea 2, Lugones-San Claudio, también se descompondría en dos trayectos: Lugones-San Antonio (de la Florida) y San Claudio-Plaza del Generalísimo. Líneas 3 y 4, San Esteban de las Cruces-Naranco y San Lázaro-Cristo de las Cadenas, coincidían en parte del recorrido, por lo que los horarios se ajustaban para repartir el servicio. Los autobuses iniciaban a las 7:00 de la mañana su trabajo y el precio del billete era de 2 pesetas en el recorrido largo y 1 peseta en el corto. El billete de ida y vuelta antes de las nueve salía a mitad de precio. En 1965 la sociedad dispone de 24 vehículos y sirve a un total de 51,5 kilómetros de líneas. En 1967 se inicia un servicio de Microbuses con un recorrido de 3 kilómetros.
Lograda la concesión del servicio de transporte urbano de Oviedo y dando cumplimiento al pliego de condiciones, la empresa Traval pone en marcha la Línea 1 Colloto-Trubia, que se descompone en dos trayectos: Colloto-Plaza de Toros y Plaza del Generalísimo-Trubia. La Línea 2, Lugones-San Claudio, también se descompondría en dos trayectos: Lugones-San Antonio (de la Florida) y San Claudio-Plaza del Generalísimo. Líneas 3 y 4, San Esteban de las Cruces-Naranco y San Lázaro-Cristo de las Cadenas, coincidían en parte del recorrido, por lo que los horarios se ajustaban para repartir el servicio. Los autobuses iniciaban a las 7:00 de la mañana su trabajo y el precio del billete era de 2 pesetas en el recorrido largo y 1 peseta en el corto. El billete de ida y vuelta antes de las nueve salía a mitad de precio. En 1965 la sociedad dispone de 24 vehículos y sirve a un total de 51,5 kilómetros de líneas. En 1967 se inicia un servicio de Microbuses con un recorrido de 3 kilómetros.
En 1972 el parque de vehículos de Traval asciende a 52 vehículos: 36
autobuses, 3 autobuses articulados y 13 microbuses. La longitud de las
líneas es de 74,9 kilómetros: 56,4 por autobuses y 18,5 por microbuses.
En 1972 la red de líneas del autobús urbano se divide en 11 líneas, 7
de autobús y 4 de microbús. La empresa Traval paulatinamente va
introduciendo otras mejoras en el servicio, como el tren de limpieza de
autobuses en las dependencias de cocheras y talleres, así como una
novedad que causó gran revuelo y comentarios entre la ciudadanía: la
presencia de jóvenes cobradoras en los autobuses, uno de esos pasos que
ponían de manifiesto la integración laboral de la mujer.
En 1981 el Ayuntamiento otorga a TUA la concesión del servicio de
transporte público urbano. Los servicios se repartían en siete líneas de
autobuses y cinco de microbuses. Los precios de billetes ofertados por
TUA eran los siguientes: billete ordinario en líneas normales: 28
pesetas; billete ordinario en la línea de Trubia: 34; bonobús: 40;
billete festivo en líneas normales: 32; billete nocturno: 31 y billete
de microbuses: 40 pesetas. La oferta de TUA incluía una flota de 46
autobuses (5 en reserva) y 14 microbuses (1 en reserva). Los vehículos
estarían dotados de aire acondicionado, calefacción, radiocassette y
asientos tapizados en skay. En 1990 se eliminan las líneas de microbús,
pasando a ser todas las líneas de autobús. Ya en 1992 Ayuntamiento de Oviedo y TUA firman un protocolo que
modifica las líneas de autobús, renueva la flota de autobuses e
introduce un autobús por línea adaptado para el acceso de minusválidos.
En 1995 TUA tiene una flota de 53 autobuses estándar y 5 vehículos de
tamaño más reducido (microbuses). Se inicia le renovación de flota con
autobuses de piso bajo y rampa para sillas de ruedas que se finalizaría
en 2001.
En 1996 se inicia la sustitución de autobuses estándar por articulados en las líneas de más demanda y en 1998 TUA obtiene la certificación por AENOR de su Sistema de Aseguramiento de la Calidad, según norma ISO 9001.
En 1996 se inicia la sustitución de autobuses estándar por articulados en las líneas de más demanda y en 1998 TUA obtiene la certificación por AENOR de su Sistema de Aseguramiento de la Calidad, según norma ISO 9001.
En 2002 la red de líneas de autobús llega a Olloniego, Tudela Veguín y
las localidades del corredor del Nalón. Finalmente en 2003 se ha puesto
en marcha el Sistema de Ayuda a la Explotación (SAE) un dispositivo que
permite regular la marcha de los vehículos e informar a los usuarios de
los tiempos de espera en las paradas.
Fuente: Tua.es